lunes, 3 de octubre de 2011

Pericoronitis

Es un proceso infeccioso agudo caracterizado por la inflamación del tejido blando que rodea el diente retenido.
Otros autores definen la pericoronaritis como la infección de la cavidad pericoronaria del molar del juicio y de sus paredes, siendo el más frecuente de los accidentes infecciosos.
Se caracteriza porque la superficie oclusal de la pieza dentaria afectada se encuentra cubierta por una capa de tejido gingival denominada opérculo, la cual cubre de manera parcial la corona de la pieza dentaria durante su erupción, persistiendo en aquellos casos en que la pieza queda impactada o semi-incluida, producto de lo cual la pieza dentaria no puede erupcionar en el tiempo adecuado y en forma normal, dando lugar en este caso a una pericoronaritis.
Esta patología se observa mayoritariamente en pacientes jóvenes, entre la segunda y tercera década de vida, pero también es posible que esta patología se presente en niños pequeños o ancianos.
La infección pericoronaria en la infancia se asocia con la erupción de los dientes, cuando el tejido supradental que comprende la porción superior del folículo y del mucoperiostio que lo recubre puede inflamarse y producir un absceso fluctuante.
Ocasionalmente los abscesos pueden transformarse en procesos infecciosos difusos (flegmón) y provocar no solo reacciones locales, sino también sistémicas que se asocian con fiebre.
Pueden producirse casos similares en cualquier momento durante la erupción de los dientes permanentes.
El tipo de infección pericoronaria encontrada con menor frecuencia es aquella que se produce en la vida adulta en un reborde alveolar desdentado.
La que se genera cuando por alguna razón un diente no ha logrado erupcionar y se ha construido una prótesis para el paciente, esto debido a que la existencia del diente no erupcionado no se conocía o a la creencia de que éste podría mantenerse asintomático en el maxilar desdentado.
Generalmente se cree que la causa de la infección aguda que se asocia con tales dientes es el resultado de la presión de la prótesis durante un período de años.
Al comienzo del uso de la prótesis por parte del paciente, estos dientes retenidos están seguramente a una distancia suficiente de la superficie como para no ser afectados por las presiones de la prótesis.
Sin embargo, al pasar el tiempo, con la reabsorción resultante del reborde, el hueso y los tejidos blandos que están entre la prótesis y el diente retenido se ven sometidos finalmente a las influencias inflamatorias de la presión y el movimiento de la prótesis.
De modo que, en cualquiera de los casos anteriores, ya sea en dentición temporal o permanente, va a estar presente, pero particularmente, es importante destacar que este cuadro lo vamos a encontrar de manera frecuente en los terceros molares y principalmente en los terceros molares inferiores.
De la misma forma, pero en menor medida, también lo vamos a encontrar con frecuencia en segundos molares inferiores, siendo infrecuente en las otras piezas dentarias.
Las razones por las cuales la pericoronaritis afecta principalmente a los terceros molares son de origen embriológico.
Es producida por el crecimiento bacteriano activo en un medio ideal, que es el espacio de tejido blando que cubre la corona del molar.
Debajo de la mucosa peridentaria existe un espacio donde hay humedad, tibieza, protección, alimentos y oscuridad, con tal ambiente el crecimiento bacteriano florece.
Irritación traumática de la mucosa que cubre el molar inferior, por las cúspides del molar superior, vitalidad disminuida de los tejidos e invasión de microorganismos, también la erupción del tercer molar superior, en su intento de entrar en articulación, traumatiza los tejidos blandos del tercer molar inferior durante los movimientos mandibulares.
Origen Infeccioso
Se produce a partir de los elementos infecciosos que circulan por la sangre o de los que ya existen en la cavidad; se admite actualmente que el punto de partida de la infección se sitúa en el espacio pericoronario: el saco que rodea la corona forma una cavidad virtual que puede infectarse al ponerse en comunicación con el medio bucal, bien directamente, por penetración a nivel del saco pericoronario.
Cuando el tercer molar inferior (más frecuente) u otro diente retenido se encuentra cubierto en su porción coronaria por el tejido fibromucoso adyacente, el diente antagonista que se encuentra brotado, durante la masticación, traumatiza con sus cúspides, esta fibromucosa, comienza el proceso inflamatorio, que llega a la infección.
-Dolor punzante.
-La inflamación se extiende a los tejidos blandos adyacentes.
-Amigdalitis y absceso peritonsilar o faríngeo.
-Puede observarse presencia de pus.
-Dificultad a la masticación.
-Escalofrío, hipertermia o fiebre

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